Tenía 13 años recién cumplidos. Recuerdo las imágenes que mostraban los noticieros y me parecía todo raro. Yo no entendía nada, lo vivía como algo impensado. Lo vivido esos días me daba la sensación de una revolución, pero con miedo a que todo se tiñera de negro y volviéramos a las sombras del 76. Como habían dictado Estado de Sitio estar viviendo el comienzo de lo peor.
Recuerdo que se “corría la bolilla” de que la gente que vivía más alejada del centro iba a venir a saquearnos a nosotros, entonces los hombres de familia se quedaron esas dos noches del 19 y 20 de diciembre en vela, en las esquinas con fogatas haciendo guardia por una supuesta “invasión de los del fondo”.
Hoy a diez años del colapso del país solo se me viene a la cabeza una sola palabra:
Vergüenza.
Si, vergüenza.
Estaba mirando un informe especial por este aniversario y es increíble como la ambición por tener mas y mas poder hagan un abuso del mismo. El proceder de las fuerzas policiales, quienes supuestamente tenían que velar por la seguridad del pueblo, ASESINARON sin piedad a cualquiera que se les puso enfrente. El país estaba colapsado. Cansado de la ambición de algunos por permanecer en el poder cuando son los principales responsables de ese colapso. El pueblo salió a hacerse escuchar. Pero lo que solo se escucho fueron los disparos injustificados. Luego llegaron los gritos desesperados de 38 familias que perdieron a sus seres queridos.
Hoy, diez años después, esos responsables siguen como si nada. Sin ser juzgados, o en libertad. La policía sigue reprimiendo ilegalmente, para luego esconder la mano con la que dispararon a mansalva. Se ve que algunos piensan que seguimos en la época de la Dictadura porque actúan con total impunidad.
Así estamos. Así seguimos.
Prohibido Olvidar.
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